Descripción de la ruta
Esta excursión es la más larga y más dura de las propuestas pero no por ello deja de merecer la pena. Debemos de tener cierta forma física para afrontarla pero no por la dificultad pues de sube un desnivel importante pero en mucha distancia, si no por la duración de la misma ya que hay que madrugar y es una jornada completa. Esta ruta en realidad es una prolongación de la del mirador del Cancho del Águila, por lo que seguiremos las indicaciones de la ficha de esa ruta desde Villavieja hasta llegar a la última bifurcación del sendero que nos lleva al mirador: en nuestro caso tomaremos el sendero de la derecha que sigue en forma de revueltas paralelo al cauce del Arroyo de Los Robles. En este tramo hay que estar atentos porque hace unos años por labores de mantenimiento se limpió el monte de leña muerta y se podó el pinar y la senda se ha borrado en bastantes tramos por lo que siempre tendremos como referencia el arroyo curso arriba por la margen derecha hasta alcanzar una pista a 1.850 m de altitud conocida como La Horizontal y que une los puertos de Navafría y Somosierra, (merece otra excursión muy apetecible pero en bicicleta de montaña, ya que son unos 40 Km por trayecto). Cruzando la pista seguiremos curso arriba el minúsculo arroyuelo alcanzando el nacimiento en un paraje llamado El Gencianal por la abundancia de esta planta. Suele haber un ventisquero en el nacimiento que se mantiene con nieve hasta casi el verano. Todo este tramo ya lo hacemos campo a través entre impresionantes piornales. Enseguida alcanzamos la cima de Lomo Gordo a más de 2.000 m de altitud. Nos lo indica un vértice geodésico. Nos sorprenderá no encontrar la clásica cima de montaña si no que nos hallamos ante una inmensa meseta a más de 2.000 m de altitud con unas vistas impresionantes. En un suave paseo nos dirigimos pegados a la divisoria entre Madrid y Segovia dirección Suroeste hacia la cima de La Muela (Peña del Buitre) que con sus 2.104 m de altitud es la cumbre más alta de la excursión, ya en Segovia. Junto a ella encontraremos, si la época del año es la adecuada, la Fuente Muerta, un sorprendente manatial a 2.100 m de altitud que nada más nacer forma tres lagunas y el agua parece muerta pues no corre apenas debido a la altiplanicie donde aflora. Corre el agua hacia el Duero formando el Arroyo de la Peña Negra aguas abajo. Admiramos el paisaje infinito de la Meseta Norte y si el día está sin calima podemos ver nítidamente los pinares de Cuéllar. Desde allí nos dirigimos dirección Este hacia el enorme vértice geodésico que se divisa a unos 500 m y que nos marca la cima del Reajo Alto, (2.100 m). Mirando hacia el Suroeste y Sur podemos divisar en días claros desde todo el Alto Lozoya con el Peñalara y Cabezas de Hierro al fondo, pasando por La Cuerda Larga con los Puertos de La Morcuera y Canencia, La Sierra de La Cabrera y hasta La Alcarria en el horizonte. Por supuesto también veremos las tierras de Buitrago, los embalses del Lozoya, La Sierra del Rincón, (Montejo) y Somosierra si miramos hacia el Nordeste. En definitiva, casi a vista de pájaro. Comenzamos el descenso con la última parada, para extasiarnos con la vista de La Nevera desde un gran roquedo solitario que nos encontramos al bajar hacia el Este. Se aprecian claramente los grandes ventisqueros que aparecen a nuestros pies así com todo el pinar que se extiende hacia San Mamés. Bajaremos siguiendo los pequeños arroyos que se van juntando a nuestra izquierda campo a través hasta alcanzar de nuevo la pista llamada La Horizontal.
En las inmediaciones encontraremos un abrevadero con una fuente para reponer nuestras reservas de agua, aunque según la época del año podría estar seca. Seguimos la pista a la izquierda hasta alcanzar un cortafuegos que baja de la cima de Lomo Gordo.
Bajando a la derecha por el cortafuegos alcanzamos una segunda pista que seguiremos a la izquierda. Al llegar a una bifurcación tomaremos la de la derecha que con fuerte pendiente y varias revueltas nos lleva al comienzo del sendero que va a la cascada del Chorro de San Mamés, aunque no creo que ya se lleven fuerzas para acercarse a verlo, ya que son 20 minutos de ida y otros 20 de vuelta, se recomienda dejar para otro día la excursión. Desde allí llegamos en un paseo a la casa del leñador que marca el fin del pinar. Seguimos en fuerte pendiente y en la siguiente bifurcación tomamos a la izquierda. Pasaremos por un balcón desde el que se divisa perfectamente Villavieja y sus barrios. Dos revueltas después alcanzamos la Cañada de Las Poblatillas coincidiendo con un gran prado que se abre a ambos lados de la pista. Girando a la derecha la cañada nos lleva sin pérdida al barrio de Los Llanos después de pasar debajo de la via del tren. Antes de toparnos con las primeras casas de Los Llanos cruzaremos La Reguera. Después de cruzarla ya estamos en la Calle Pobladillas. A la izquierda podemos ver a unos 50 m un antiguo molino del pueblo restaurado que movía sus mecanismos gracias a la reguera. Hoy en día es propiedad privada. Por la Calle Pobladillas hacia abajo saldremos a la Calle Gallegos que nos llevará a Villavieja de nuevo.